No todo importa
El DNA es una molécula capaz de transmitir la información genética, por lo que nos sorprende que esta molécula tan importante tenga lagunas de conocimiento, es decir no todo el DNA son genes (no todo importa). Hay regiones no codificantes que no se traducen a proteínas, pero que su papel puede ser clave para la regulación de la expresión génica y la estabilidad del genoma.
El fracaso del proyecto ENCODE
En 2012, el proyecto ENCODE publica varios trabajos en los que expone que más del 80% del genoma humano tenía función. Posiblemente esto surgió como tapadera para el desconocimiento de gran parte del DNA. Pero gracias a otros científicos críticos el rechazo fue inminente. La evidencia más clara para desmentir estos resultados es la capacidad limitada que tiene la selección natural de conservar genes. A día de hoy se sabe de la presencia de DNA no codificante y DNA "basura" (no confundir ambos términos).
Regiones no codificantes
>Regiones reguladoras. Controlan expresión génica al influir en la transcripción. Pueden ser promotores, intensificadores (enhancers), silenciadores u otros elementos. Son los lugares donde interaccionan proteínas.
>Secuencias de DNA repetidas (DNA en tándem). Contribuyen a la estabilidad cromosómica. Se pueden encontrar en telómeros o centrómeros, sirven para aumentar la longitud de cadena del DNA, también conocido como DNA satélite.
>Transposones. Secuencias de ADN que pueden moverse a diferentes partes del genoma de la célula.
>DNA espaciador. Sirve de ayuda para los genes entre los que se encuentra, garantizando su transcripción.
>Pseudogenes. Secuencias relacionadas con genes funcionales pero estos han perdido su función permanentemente, como si estuvieran estropeadas y ya no tuvieran arreglo.
>Intrones. Posiblemente los más conocidos, son secuencias de DNA que se transcriben a RNA pero son eliminados. Intervienen en la regulación de la expresión génica.
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